La evolución biológica y cultural son procesos distintos pero interconectados que moldean la trayectoria de los seres humanos. La evolución biológica se refiere a cambios heredables en las poblaciones a lo largo de generaciones, impulsados por mecanismos como mutaciones genéticas, selección natural y deriva genética.
Aunque distintas, ambas evoluciones interactúan: cambios culturales, como la agricultura, pueden acelerar presiones selectivas biológicas (ej.: resistencia a enfermedades)
Mientras la biológica depende de la herencia genética, la cultural se basa en la transmisión simbólica, permitiendo adaptaciones más flexibles y rápidas
Esta dualidad refleja cómo los humanos han logrado adaptarse tanto a través de su biología como de su capacidad para modificar entornos mediante el conocimiento compartido.
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